Locales de Ensayo jacks on the rocks

Jacky AND the Rocks: EN BUSCA DE LA CIUDAD VIBRANTE

En el vibrante barrio de Vallecas, en las calles llenas de energía y rebeldía, nació una historia que cambiaría para siempre la vida de un joven punk llamado Jacky.

Corría el año 2005 cuando, con tan solo 15 años, Jacky se encontraba deambulando por las calles del barrio, buscando su lugar en el mundo. La música era su refugio y la guitarra, su pasión secreta.

Mi primera guitarra

Un día, mientras recorría un mercado callejero, sus ojos se posaron en una vieja guitarra eléctrica de segunda mano. Era una Stratocaster maltrecha, pero Jacky vio en ella la oportunidad de hacer rugir su voz a través de las cuerdas.

Con lo poco que tenía en el bolsillo, compró la guitarra y la llevó a casa. Ese fue el momento en que nació su sueño de convertirse en un auténtico rockero.

Mi primera clase

Con su nueva guitarra en mano, Jacky comenzó a aprender por sí mismo. Pasaba horas encerrado en su habitación, desafiando los acordes y las notas, intentando replicar los riffs de sus ídolos del punk. Pero sabía que necesitaba orientación.

Un día, mientras paseaba por las calles de Vallecas, vio un letrero que decía «Clases de guitarra». Sin dudarlo, entró en aquellos destartalados locales de ensayo todavía en construcción, llamados Jacks on the Rocks.

Allí vieron el fuego en los ojos de Jacky y estaban decididos a enseñarle todo lo que sabían.

Las clases no solo le proporcionaron habilidades técnicas, sino también un profundo entendimiento de la música y la pasión por el punk.

Mi primera canción

Con las enseñanzas de sus profesores de Jacks on the Rocks y su creciente habilidad en la guitarra, Jacky se sintió inspirado a componer su primera canción.

Las escribió en las llamadas Siete Tetas Vallekanas, con letras llenas de rabia y acordes que transmitían su rebeldía interior. Aquella canción se convirtió en el grito de su generación, en un himno de los jóvenes de Vallekas que buscaban su voz en medio del caos.

Y así, con su primera canción, Jacky comenzó a forjar su camino en el mundo de la música punk. Su música empezó a resonar en las calles de Vallekas, y la banda que formaría, «Jacky and the Rocks», encontraría su identidad en las notas de esa primera composición. Decía algo así:

La Vallekas del vino de cartón… DESPIERTA

El talento, las ganas y el amor…

SE ACUESTAN

Las vocas se nos llenan al gritar…

VALLEKAS

Rememorando aquel tiempo que pasó…

QUE VUELVA

Jacky on the Rocks

Mi primera banda

Con el tiempo, Jacky comenzó a buscar otros músicos con los que compartir su pasión. Reclutó a un grupo de jóvenes con almas rebeldes que compartían su amor por el punk. Así nació su primera y última banda, «Jacky and the Rocks».

Juntos, ensayaban en garajes y sótanos, creando un sonido que hacía temblar las paredes y sacudía los cimientos de Vallecas.

Pero Jacky no se conformaba con ser solo un músico más en la escena punk local. Él soñaba con algo más grande, algo que llevaría su música a todos los rincones del mundo.

Así que, en un acto de audacia, convenció a sus compañeros de que debían ensayar en Jacks on the Rocks y así beneficiarse de su ambiente musical y muchas oportunidades para grabar o actuar en directo.

Mi primer local de ensayo

Para perfeccionar su sonido y prepararse para el estrellato, Jacky y su banda necesitaban un lugar donde ensayar sin restricciones.

Alquilar aquel local de ensayo fue lo mejor que hicieron en toda su carrera. Desde ese momento, «Jacks on the Rocks», los locales que inspiraron el nombre de su banda y que le habían enseñado todo lo que hasta aquel momento sabía, pasaban a ser su segunda casa.

Horas y horas repasando aquellos temas que sabían que le iban a cambiar la vida.

Mi primer concierto

Tras meses de duro trabajo y ensayos intensos, Jacky and the Rocks finalmente estaba listo para enfrentarse al público. Su primera actuación tuvo lugar en el Jimmy Jazz, un famoso garito y sala de conciertos de Vallekas.

La sala estaba llena de amigos, seguidores locales y curiosos que deseaban ver a la banda en acción.

Desde el primer acorde, Jacky y su banda hicieron temblar el lugar con su energía y actitud. El talento y la energía que irradiaba dejaba boquiabierto al personal.

El público enloqueció. En ese momento, Jacky supo que había encontrado su verdadera vocación. A partir de entonces, los conciertos se multiplicaron, y su fama creció como un incendio forestal.

Mi primer disco

Con cada actuación, la demanda de su música aumentaba. Jacky and the Rocks decidió dar el siguiente paso y entrar en el estudio de grabación. Allí, con la ayuda de los talentosos productores musicales de «Jacks on the Rocks», dieron vida a su primer álbum.

Las canciones reflejaban la rabia, la pasión y la autenticidad que caracterizaban a la banda, y el disco se convirtió en un himno para una nueva generación de amantes del punk.

Mi primer «Sold Out»

El lanzamiento del álbum fue un éxito rotundo. Los fanáticos hicieron cola durante horas para conseguir sus entradas para los conciertos de Jacky and the Rocks, y pronto enfrentaron su mayor desafío hasta el momento: un concierto en el estadio del Rayo Vallekano con capacidad para miles de personas.

Era el IV Vallekas Rocks y en él dejaron una huella imborrable

El día del concierto llegó, y cuando Jacky y su banda subieron al escenario, se encontraron con un estadio lleno hasta la bandera. El grito de la multitud era ensordecedor, y el concierto agotó las entradas en cuestión de minutos. Era su primer «Sold Out», el sueño de cualquier músico.

La historia de Jacky, el joven punki de Vallecas que evolucionó en su carrera con «Jacks on the Rocks» para convertirse en un ícono del punk, demostraba que la pasión, la perseverancia y el apoyo adecuado podían llevar a cualquiera a las alturas del éxito.

La música de Jacky and the Rocks sigue resonando en los corazones de todos aquellos que se atrevían a soñar a lo grande y a romper las barreras del conformismo. Su legado perdura como un himno de rebeldía y autenticidad en la escena musical española.

Debido a su extrema juventud, Jacky se dió a la bebida, a las drogas y sobre todo a una actitud transgresora que siempre buscaba la irreverencia y la provocación